¿Qué límite estás preparado o dispuesto a cruzar para llegar a tu meta?¿Qué precio pagarías por conseguir “eso” que tanto anhelas?¿Qué harías para lograr alcanzar tanto la fama como la satisfacción personal?. Todas estas preguntas parecerían ser el preámbulo de alguna propuesta malévola del mismísimo Rey del Averno, pero no es así: estos cuestionamientos son el lema implícito de algunos de los programas de entretenimiento más famosos de la tv.
Este tipo de emisiones logran sacar en un 90% de las personas que participan en ellos los más altos niveles de codicia, ambición, maldad o inconsciencia: en algunos casos, estos cuatro se combinan en un peligroso cóctel que lleva a muchos a sufrir consecuencias más que trágicas.
Este es el caso de Samuel Koch, de 23 años, que en la versión alemana de “¿Qué apostamos” se retó a sí mismo a saltar sobre cinco autos en marcha, desafío que no llegó a cumplir al fracturarse las costillas y el rostro en el momento en que intentó pasar sobre el cuarto vehículo. Samuel quedará paralítico como consecuencia de este fallido momento, transmitido en vivo por la televisión, y además se le deberá practicar una recostrucción de rostro, que le quedó completamente desfigurado luego del impacto.
Un dato que no es menor al hablar de este fatídico suceso es que el afán por ganarse y consagrarse que llevó a Samuel a decidir hacer semejante apuesta, también cegó a miembros de su propia familia: el quinto auto que este joven iba a saltar estaba conducido por su propio padre.
La cadena alemana ZDF2 fue quien llevó este olvidable momento a la televisión: esta cadena hace más de 20 años que alberga este programa de juegos, pero ellos afirman que “es la primera vez que ocurre un accidente de semejante magnitud».